"" el ojo heterotópico: Cuando no es lo que parece

jueves, 28 de marzo de 2013

Cuando no es lo que parece



Son dos personajes de la mitología que pertenecen a tiempos y destinos diferentes. La durmiente Ariadna y el apolíneo Ares son representaciones que no se rozan siquiera en la narración mitológica. Humana una y divino el otro no se conocen en la historia lineal del mito. Pero ¿quién dice que en el mundo simbólico no adquieren carta de acercamiento? Que en esta exposición de copias hayan sido colocadas en proximidad permite aplicar un ángulo de visión perturbador. La cámara fotográfica, como moderno y alterador espejo, tiene la culpa de transmitirnos un vínculo que, de hecho, no existe. Nadie diría, viendo el plano, que Ares está a su bola y Ariadna a su sueño. 

Ariadna está en ese punto dulce y onírico donde se recompone. También donde en cierto modo se olvida. El sueño de Ariadna ¿supuso su perdición o un salto hacia adelante? Implicó el abandono por parte de Teseo, pero le permitió ser hallada por el dios Dioniso que la condujo al Olimpo. ¿Fue allí donde encontró a aquel kurós Ares que encarnaba la guerra? Los mitos no dicen nada al respecto. La sala de copias se antoja con su particular visión. Pero no. Ares no vela el sueño de la hermosa hija de Minos. Ni mucho menos la observa con tentación erótica.  No fiarse ni de las ubicaciones ni de la reproducción de las imágenes.




El profesor de Estética Pedro Azara lo dice muy bien en su libro "El ojo y la sombra. Una mirada al retrato en Occidente":  

"Las imágenes espejadas están hechas con la misma sustancia que los sueños y provocan los mismos efectos en el alma del hombre. Sumen a quienes los sufre en un mundo de ensueño, mucho más hermoso y sorprendente que el mundo real. Mas los soñadores tienen la cabeza llena de pájaros, perdida entre las nubes. Sumidos en sus sueños, son incapaces de vislumbrar lo que les rodea. Los sueños los han robado para la realidad. Confunden el sueño y la vida. Parecen no tocar con los pies en la tierra. Son como sonámbulos que deambulan por la vida sin ver nada, ‘viendo’ solo las naderías que los sueños les enseñan. Se olvidan del día a día, como si los sueños, o las fantásticas imágenes espejadas, semejantes a las espectaculares escenas de un teatro (o, en la actualidad, las deslumbrantes escenas cinematográficas), les hubiesen hipnotizado, inoculándoles un narcótico que los hubiera adormecido y los hubiera incapacitado para la percepción de todo lo que no perteneciera a un mundo de ilusión, al lejano universo del espejo. Prefieren vivir perdidos en sus fantasías, entregados a ellas. Las imágenes, en este sentido, como bien decía Platón, son una ponzoñosa causa de olvido."





Imágenes tomadas en la Exposición de Copias del Museo de Escultura de Valladolid, en la Casa del Sol.


8 comentarios:

  1. Sin nuestra mirada nada existe. Suena egocéntrico, pero es que sin mi el mundo no es. La magia se produce cuando tu mirada transforma la de Ares, transforma la realidad y nos transforma a todos.

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    1. Lo que dices me hace pensar que la mirada sigue siendo demiúrgica, transformadora. Una mirada lleva a una nueva realización que, a su vez, permite una visión nueva. La mirada, puesto que no es nunca singular, proyecta múltiples posibilidades creativas. ¿Será la historia de la Humanidad también la historia de la mirada?

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    2. Estoy convencido de que sí, Matías. Sin percepción no hay realidad humana, sólo pulsión. Después, la convención (o la imposición) y la cultura (o el deseo gregario) conforman la realidad compartida.

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  2. Es más cómodo no pensar y dejarse llevar que plantar cara a la realidad, y para colmo vivimos en la era de la ambigüedad, demasiadas mentiras y medias verdades, tengo la impresión de que cada vez es más difícil encontrar claridad en algo.

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    1. Es tan antiguo en la historia, Ana. Tal vez ahora más complejo y el mecanismo especular tiene tantos rostros que no es fácil desentrañar lo que tenemos delante.

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  3. Por una mirada un mundo, decía el poeta. Cuanta percepción descrita en un verso.
    Me ha encantado lo de mirada espejada...y su reflejo.

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    1. Pues lo que he leído de Pedro Azara me ha parecido de lo más interesante. En la editorial Gustavo Gili hay varias cosas suyas. Es como ir sobre seguro para dar con una interpretación sesuda.

      Bienvenida a este espacio, PIlar.

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