"" el ojo heterotópico: Haz y envés del hombre blanco

miércoles, 9 de octubre de 2013

Haz y envés del hombre blanco






Bernardí Roig denomina a esta figura Prácticas para chupar el mundo. Las figuras de Roig invitan a circundarlas y en ese giro acabas formando parte de la estatua. Sus escorzos son también tus retorcimientos, tu clamor, tu búsqueda de ubicación imposible. Una estatua, como un hombre, es un ser demediado. Se pueden exagerar sus angustias o recrear un anhelado sentido de la felicidad, pero siempre resultan falsas. Pero el artista las crea para que el espectador se aproxime, no para distanciarse. Una escultura que traslade distanciamiento no es más cálida que la masa de material de la que se ha extraído. Las esculturas de Roig son un punto de equilibrio entre nuestra mirada y los seres barrocos el Museo, que tampoco nos han resultado nunca más próximos a nosotros. No sé si del hombre que chupa el mundo brota el arlequín que todos llevamos dentro, pero sí nos deja muy claras nuestras ataduras. Haz y envés, como la vida.







4 comentarios:

  1. Es de agradecer y mucho que nos acerques a Bernardí Roig en esta magnífica exposición que has recogido con una mirada atenta y abierta, acertadísima!

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    1. Para mí ha sido una sorpresa grata que revela el cuidado y el sentido de la modernidad de quienes llevan el museo hoy día. Sabía de este tipo de instalaciones del artista mallorquín porque también la realizó en el Museo Lázaro Galdeano de Madrid.

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  2. El arte hay que saber mirarlo, para descubrir las múltiples vías que lo contienen. Nada fácil cuando Arlequí usurpa el sendero del Pierrot y sustituye la lágrima por una sonrisa burlesca.
    Lo contemporáneo y lo barroco, inundan el espacio.
    Gracias por mirarlo, viendo.

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    1. Mirar el arte es abrirnos y dejarnos tomar, y a su vez devolver conceptos, sugerencias, propuestas. Es una vía de toma y daca, de múltiples direcciones, pero siempre descubridoras. Además los estilos pueden convivir a través de su legado, algo que el tiempo, por sí mismo, no los permite, porque eso...el tiempo fugit!

      Gracias a ti, por pasar y comentar, vuelve cuando gustes, Pilar.

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